jueves, 14 de enero de 2010

El puerto de Barcelona creció en 2009 un 4% respecto al 2008



A tenor de lo que he leído en el Periódico de Catalunya esta mañana mientras me tomaba mi rápido desayuno, quiero comentar que estoy de acuerdo con lo descrito por nuestra amiga y compañera Patricia Castán, de las pocas periodistas que saben y entienden verdaderamente del mundo de los cruceros, pero también quiero remarcar que, aunque el sector cruceros sea uno de los más productivos (por no decir el que más) del sector turístico actual, la crisis también está golpeando el mundillo de los cruceros, y la prueba es que a estas alturas del año no se han alcanzado las ventas anticipadas inicialmente previstas por la mayoría de las navieras, que andan preocupadas ofreciendo “ganchos” a las agencias de viajes estilo oferta 2×1, por la reserva de 2 cabinas regalan una plaza, por reservar un crucero regalan otro… por no decir de aquellas agencias de viajes que para vender cruceros regalan saborosos jamones “pata negra” (¿seguro?) o cónsolas Play Station (¿la moda no es la Wii de Nintendo?). Fuera bromas, creo que estaría bien centrarnos en remontar el vuelo, por el bien de todos.

Adjunto abajo parte de la crónica de esta gran periodista, que analiza la situación del sector coincidiendo con el crecimiento continuo de las llegadas y salidas de buques de cruceros al puerto de Barcelona. Pero un tema es el confirmado crecimiento del 4% en llegadas de barcos a un puerto como el de Barcelona, para mi, el mejor del mundo por infraestructuras y capacidad de organización, y otra bien diferente es el cierre de 1.000 agencias de viajes el pasado año en España, sin contar con el reciente escándalo de Air Comet y otras excentridades que no hace falta describir aquí. Está claro que nunca llueve al gusto de todos pero debemos empezar a mirar desde abajo, y ahí abajo la situación no está para tirar cohetes, así lo demuestran los registros numéricos. Otra cosa es que desde la base se habitúen a esta situación y se adapten a las nuevas tendencias, como abrir horizontes en la red o especializarse al producto que más crees que puedes vender.

Y, evidentemente, debemos destacar los grandes registros de un puerto como Barcelona y los “beneficios” que a posteriori tiene la ciudad (¿alguien ha consultado con las tiendas de Las Ramblas y alrededores si han notado más ventas en agosto que en febrero gracias a las escalas de cruceros, por ejemplo? Sería otro buen reportaje…), pero… la base no está en su mejor momento y la solución pasa por Internet y por la especialización, también por el conocimiento exhaustivo del producto “cruceros”. Aunque no son las únicas soluciones, son importantes. Estaría fenomenal un reportaje más a fondo sobre este preocupante tema y no solo ver la parte bonita de todo, aquello que nos quieren hacer ver, por muy real que sea. Es sólo una sugerencia.

La buena marcha del sector de los cruceros en Barcelona en el 2009, mientras otros sectores turísticos sufrían los males de la crisis, no fue casualidad. Si alguien tenía dudas basta con conocer las previsiones del 2010, que ya confirman unas 800 escalas en el puerto de la capital catalana (cifra similar al año pasado) y que incorporan las suficientes novedades como para constatar que Barcelona está en la cresta de la ola, como indica su primera posición en Europa. Nueve barcos nuevos visitarán la ciudad por primera vez, mientras que la Disney Cruise Line volverá a operar en el Adossat. Como colofón, la terminal C estrenará instalaciones mejoradas que incrementarán la comodidad de los embarques y desembarques.

El sector de los cruceros creció aproximadamente un 4% el año pasado en Barcelona, una cifra algo menor que otros años pero más meritoria en un entorno tan poco propicio. De hecho, otros tráficos, como el de mercancías y vehículos, por ejemplo, se contrajeron. Hasta noviembre fueron 2,08 millones pasajeros, a falta de los datos definitivos de final de año. El puerto vio descender ligeramente la cifra de escalas, aunque ello no afectó al volumen de viajeros, porque los barcos son cada vez más grandes y, lo que resulta más sorprendente, suelen ir llenos. Lo importante es que el 55% empiezan y acaban periplo en Barcelona.
La responsable de Cruceros de la Autoritat Portuària de Barcelona, Carla Salvadó, atribuye el éxito (al margen de la fiebre por los barcos en Europa), a la desestacionalización de la oferta en la ciudad (hay escalas en pleno invierno) y la continua renovación y mejora de los servicios en el puerto. «La gran beneficiaria del flujo de pasajeros es la ciudad y la economía local, ya que hacen una importante aportación económica a los puntos que visitan», detalla.
Desde Creuers del Port de Barcelona (operador de las terminales), su director, Carles Domingo, apunta como novedad para este año las mejoras realizadas en la terminal C para que, como en el resto, se pueda desembarcar por una pasarela solo para pasajeros directa a la terminal, y no a ras de puerto, como sucedía hasta ahora. Los trabajos estarán listos a finales de febrero. Hasta ahora, el operador ha invertido 65 millones en 10 años para mejorar las instalaciones, pese a que son una concesión.

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